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Trote Cochinero (Charlis, Klarin, Uxama, Enrique).

Tras las fuentes del Manzanares

 

Si quieres descargar la ruta para verla en Google Maps o Google Earth(3D) pincha aqui

Esta es una ruta lineal de aproximadamente 16’4 km, con una dificultad moderada, pues los desniveles son bastante grandes (una media del 18%) y en algunas zonas la vereda que se sigue, de nombre Vereda de los Mesones, es bastante angosta, pero con la contrapartida de los paisajes de montaña y las cascadas del rio Manzanares en sus primeros kilómetros de vida.

13 de Junio de 2009

Tras las fuentes del Manzanares

Puerto de Navacerrada - Manzanares el Real 

Presentación fotográfica del día

Esta ruta de travesía permite recorrer desde el nacimiento del Manzanares hasta Canto Cochino lugares emblemáticos de la Pedriza. Sus desniveles son fuertes y no tanto por la subida, que se desarrolla en la primera hora de marcha, como por la bajada del resto. Al principio se sube más de 400 metros de desnivel para posteriormente bajar 1200. Esto último convierte a las rodillas en protagonistas por encima de los píes.

Los trotineros iniciamos el día en el puerto de Navacerrada (1858 metros). La mañana era espléndida amenazando un día de calor aunque en ese momento era muy agradable. Comenzamos la subida por un camino perfectamente marcado que nos permitió ver Siete Picos, Montón de Trigo, Cuelga Muros, Abantos y la llanura madrileña con sus embalses más característicos. La ascensión es sencilla hasta la creta de la Barranca donde se nos muestra este otro valle que nos hizo recordar anteriores aventuras. Aquí la ruta empieza a crestear en dura ascensión hasta alcanzar el camino de cemento que lleva a la Bola de Mundo o Alto de Guarramillas. Es una hora a paso tranquilo, donde habremos terminado la parte de ascensión (400 metros).

Las vistas son amplias y se puede ver varios montes por encima de los 2000 metros, destacan Peñalara, Valdemartín, Cabezas de Hierro Mayor y Menor y, por supuesto, la Maliciosa.

Nuestra conversación era amable y distendida pese a la subida. El camino era cómodo y las panorámicas espléndidas. En el punto geodésico nos hicimos las fotos de rigor.

Desde las instalaciones de la Bola cogimos un sendero con suelo de ladrillos rotos que supusimos ocultaba una tubería, esta se dirigía a una caseta de cemento negro. A mitad de recorrido se divisa el enorme nevero que se agarra a las paredes del origen del Manzanares. Este circunda una gran pradera donde el agua rezuma de la tierra y la hierba húmeda alimenta a un rebaño de vacas. El lugar me recordó a las pequeñas praderas pirenaicas, me maravilla que sólo a 50 kms. de Madrid pueda aparecer este espectáculo alpino. Todo estaba despejado de árboles y era factible ver los meandros y el recorrido lento del río a lo largo del valle. En la lejanía se distinguían las estribaciones de la Pedriza, pero antes se disfruta de la visión de dos o tres kms. del valle herbáceo que da origen al río. Evitamos pisar el nevero helado y paramos junto a la caseta a disfrutar de esta parte de la sierra que relaja el ánimo y despierta los mejores sentimientos..

El conjunto era idílico y digno del esfuerzo de la ascensión.

Después de disfrutar un rato continuamos el esfuerzo buscando el lado izquierdo del río, allí todavía arroyuelo. Tuvimos que pisar la hierba en muchos lugares encharcada y que cubría media bota.

No se puede decir que haya un único punto donde se filtra el agua sino que es toda la extensión del nevero, y alguno cercano, los que proporcionan el líquido que fluye ladera abajo.

Es un agradable paseo en un día soleado con un cielo azul claro. En la bajada se distinguen el alto de la Maliciosa que orgulloso se eleva para ser fácilmente visible. Algunas torrenteras siguen proporcionando líquido cristalino al cada vez más definido río. En una de ellas un nevero creaba una cueva de hielo a las que nos acercamos para fotografiarnos. Supongo que en apenas quince días los neveros desaparecerían para que sólo se alimente el río con las aguas freáticas y subterráneas.

Atravesamos diversas praderas, nunca extensas, en terrazas. El descenso se incrementa poco a poco y los primeros pinos aparecen dispersos rodeados de hermosas plantas que muestras sus flores amarillas.

Sobre las doce llegamos al camino de las zetas que viene de Canto Cochino, nuestro destino final, después de realizar numerosos zig-zag. Este camino de servidumbre forestal construido para los servicios de ICONA y bomberos tuvieran acceso fácil hasta este punto a más de 10 kms de la plataforma de Canto Cochino. Decidimos continuar pegados al río hasta su final.

La trocha que va paralela al río se hace angosta y se encajona en la montaña teniendo siempre de frente la costilla central de la Pedriza, distinguiéndose perfectamente las llamadas Torres. El sendero, en algunos puntos apenas marcado, se defiende del paso del caminante con ramas, piedras y con algún que otro desnivel. Al principio es entretenido pero son cerca de cinco kms. que se hacen algo pesados, aunque la belleza es indudable y muy conveniente hacer alguna parada para degustar del entorno.

Según se baja se incrementa la vegetación y en una de las sombras a pie de camino paramos a degustar un tentempié que repusiera las fuerzas. El calor comenzaba a ser agobiante aunque los aromas de jara y lavanda lo llenaba todo. El río se abría paso forjando pequeñas cascadas entre las piedras graníticas.

Después de reponer fuerzas continuamos durante otra hora por este sendero que en momentos hacía zetas para salvar fuertes desniveles. A las tres llegamos a un lugar que permite salvar el río por dos puentes de tablones de madera que da paso a un pequeña explanada con pinos, aquí vale la pena la parada para disfrutar del gorjeo de los pájaros.

Poco más adelante nos unimos a la pista que sube desde Canto Cochino. Aquí el paso se hizo cómodo y en menos de tres cuartos de hora llegamos al primer bar.

Antes pudimos saludar a bastante gente que acudía al río a bañarse con sus trajes de baño, toallas y neveras. Estos tienen que caminar un par de kms. desde el aparcamiento.

La cerveza con limón nos pareció fantástica después del esfuerzo.

Como resumen se puede decir que es una bella andadura que desgasta bastante las rodillas, pero que vale la pena el esfuerzo para descubrir el nacimiento de este río que baña la Comunidad de Madrid.

Uxama

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